El 27 de enero es el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
La UNESCO rinde tributo en este día a la memoria de las víctimas y «ratifica su compromiso de luchar contra el antisemitismo, el racismo y toda otra forma de intolerancia que pueda conducir a actos violentos contra determinados grupos humanos».
Se eligió esta fecha porque en 1945 las tropas soviéticas liberaron el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz- Birkenau en Polonia. Nosotros visitamos Dachau.

Hay otro campo de concentración menos conocido al sur de Alemania, en Dachau, a 30 minutos al noroeste de Múnich y el cual pude visitar dos veces cuando estuve en la ciudad. Es una visita que te deja con el corazón en un puño, literalmente, pero si tienes la ocasión es algo que hay que hacer. No podemos olvidar el sufrimiento y la muerte de todas las víctimas del Holocausto.

La primera vez que visité el Monumento Conmemorativo del Campo de Concentración de Dachau fue en pleno invierno, con un frío polar, una capa de nieve que cubría todo el suelo y 17 grados bajo cero y esto hizo la visita todavía mas sobrecogedora si cabe, porque nosotros lo visitamos con ropa térmica, dos pares de pantalones, dos abrigos, guantes, bufandas, calcetines gordos y aún así estábamos literalmente helados…. pero sólo pensar en los fríos inviernos que sufrieron las 200.000 personas que pasaron por allí y que solo iban vestidos un pijama de rayas… eso sí que nos dejaba con el corazón congelado.

El campo de concentración de Dachau estuvo abierto 12 años, desde 1933 hasta su liberación en 1945. Se construyó sobre las antiguas instalaciones de la Real Fábrica de Pólvora y Municiones de Baviera. Por este centro del terror pasaron más de 200.000 prisioneros de 40 nacionalidades distintas, y al menos 41.500 murieron asesinados ó víctimas del hambre, del frío, de las torturas, de los horribles experimentos médicos que allí se llevaron a cabo o de las deplorables condiciones en las que se encontraban. En 2003 se inauguró la exposición principal del Monumento Conmemorativo con el fin de honrar la memoria de las víctimas y fomentar el aprendizaje y la reflexión para generaciones venideras. Fue uno de los primeros lugares exhibidos en Occidente como prueba de la brutalidad nazi.

El Monumento consta de 20 salas o lugares que se pueden visitar. Entre ellos, en la zona principal como se ve en la foto, el edificio de la intendencia y la Sala de la Memoria, donde están las salas del museo propiamente dichas. Delante se ve el patio de revista (donde tenían que esperar durante horas los prisioneros al aire libre y con temperaturas heladas). También se accede desde allí a los baños, la prisión del campo, la enfermería y los barracones. En otra zona más alejada se encuentran la zona de crematorios, la cámara de gas y un Convento de Carmelitas, una Capilla Católica, una Iglesia Evangélica, una Capilla Ruso- Ortodoxa y un Monumento Conmemorativo Judío posterior.

Creo que con las imágenes sobran las palabras.

Info práctica Dachau:

• El monumento abre de 9:00 a 5:00pm todos los días.
• Entrada gratuita, aunque el parking es de pago.
• Se hacen visitas guiadas en alemán e inglés (para mayores de 13 años).
• La visita dura mínimo 3 horas, pero le puedes dedicar mucho más tiempo.
• Hay cafetería con comida y bebida.
• Si vais en invierno, abrigaros muy pero que muy bien. El campo es muy grande y tiene varias zonas al aire libre, y hay que andar mucho en el exterior para ir de un lado a otro.
• Se puede llegar en trasporte público desde Múnich, en metro o tren hasta Dachau y de ahí en autobús hasta el Monumento.
  
  Podéis ampliar información sobre el Monumento de Dachau (en español) aquí.

Otros recursos:

Para ampliar información del Campo de Concentración de Dachau, puedes leer sobre la historia del campo aquí y para información general sobre el mismo pinchar aquí.
También puedes leer un artículo sobre el robo de la puerta del campo que se produjo en 2014.
Y puedes escuchar las vivencias de algunos de los sobrevivientes del campo de concentración, en una serie de entrevistas donde los ex prisioneros cuentan sus experiencias y lanzan sus propios mensajes para las futuras generaciones.

No todos los viajes son 100% risas y divertimento. Hay visitas, como esta, que nos hacen reflexionar, nos ayudan a sensibilizarnos y con las que aprendemos sobre hechos históricos que a muchas personas les gustaría olvidar, pero de los que todos tenemos que aprender. Ojalá que algún día cercano la lucha contra el racismo y el antisemitismo no sea necesaria.

Muchas gracias por leernos y nos vemos en el próximo destino.